El histórico fabricante de las guitarras eléctricas Gibson, el mismo que suministró instrumentos a leyendas de la música como Elvis Presley, B. B. King o Lenny Kravitz, no puede más. La caída continuada en las ventas y su abultada deuda ha llevado a la compañía a declararse en bancarrota como último recurso para sanearse e intentar sobrevivir. La empresa Gibson Brands vende también los pianos Baldwin.
Se sabía desde hace meses en Nashville (Tennessee) que Gibson atravesaba por serios problemas. Las alarmas empezaron a sonar en la capital estadounidense de la música cuando el director financiero de la sociedad renunció. No llevaba ni siquiera un año en el cargo. La deuda ahogaba cada vez más un negocio que está en caída libre porque las guitarras se ven como algo del pasado.
Gibson Guitar empezó a formar parte de la cultura musical de Estados Unidos en 1902. Medio siglo después de su nacimiento empezó a vender la Les Paul, una de las guitarras más icónicas de todos los tiempos en la historia de la música. Su catálogo incluye también las SG, Flying V, Explorer, J-45 y las Humminbird. Estos éxitos hacen que la delicada situación financiera de la compañía sea todavía más difícil de asimilar y alimenta el cliché de que el rock and roll está muerto.
Las guitarras eléctricas dejaron de ser un juguete para los jóvenes adolescentes en los suburbios de Estados Unidos, que formaban bandas en los garajes para experimentar con la música y muchas otras cosas. Ahora se tiran en el sofá ante la televisión para jugar con las consolas, chatear por el móvil o navegar por Internet desde el ordenador portátil, mientras escuchan canciones en streaming.
El propio Eric Clapton se preguntaba no hace mucho si había llegado el fin de la guitarra, al ver como las ventas se deterioraban. Gibson Brands admite que su situación financiera es “devastadora” y por eso ha decidido acogerse a la protección legal que le dan los tribunales en Estados Unidos para poder reestructurarse. Los responsables dicen contar con el apoyo de un grupo de acreedores para mantenerla en pie.