Un texto que reivindica el amor a la historia de ficción, de superhéroes y de mundos antagónicos. Se fue Stan Lee, pero promete quedarse para siempre en el imaginario colectivo de la cultura pop, lo alternativo, lo de vanguardia, aquí en Dosis le dedicamos unas letras para que nos guíe siempre por el mundo de los vengadores.
X Renato Russo
En el mundo de la historieta siempre hay un rey, un mago, hay otro universo. El que crea una historia en un mundo distinto a otro. Y el que hace volar paralelamente en dos tiempos y donde llegan los superhéroes y nos meten de un tirón en sus capítulos. En Los Ángeles se murió Stan Lee, el genio. El maestro, el creador de nuestra imaginación de lo infinito, de lo inmortal, la supremacía; la de héroes hombres y mutantes y otros viles seres y la de los villanos malignos sin compasión llenos de ira y colofón y que llevó al cine a míticos y queridos personajes con poderes sobrenaturales luchando contra la maldad en el planeta y donde ganó 24 mil millones de dólares y más, algo que siempre negó, pero siempre contando historias al planeta la paso muy bien. Leyenda, un clásico, fundó una época dorada de personajes en viñetas con trazos perfectos y mundos en conflictos, tanto interiores como externos. Fantasía, mucha imaginación y un gran legado de Stan Lee deja la Tierra y sus temores y se va sus mundos paralelos: la ficción que cada vez que se hace más real, un momento del clímax de una industria millonaria con millones de fans desde el aclamado Hombre Araña hasta los 4 Fantásticos, pasando por travesías en Marvel con enciclopedias y sagas, modas y tendencias, masmedia y transmedia, harto marketing y souvenirs, mucha acción y perfección en los comic en la actualidad, todo un universo lleno de color y pasión, intrigas, luchas y rebeliones, y así se fue el maestro Stan Lee, en medio de palabras de los grandes que alaban su obra, esos fanáticos empedernidos y mortales, todos esos trabajos en general, desde sus momentos actorales en varias de las sagas en Hollywood, y donde se le veía en cortas apariciones, o en el mundo del showbussines de los Comic Com donde se le veía tan risueño y feliz últimamente.
Se fue el gran Stan Lee que nos hizo delirar y no dormir noches enteras leyendo sus creaciones, sus guiones, sus globos y planos fotográficos y visuales, viva la psicodelia, la anarquía de las imágenes, los mundos que no existen pero que existen, contradicción bucólica de un viejo visionario y lindo, un comicbook a secas. Tengo que confesar que soy fans de la Marvel y la DC, poseo algunas historias que me hicieron en mis tiempos de lector voraz desde la época de Tamakún el vengador Errante o en este instante donde veo mis enciclopedias de Marvel y DC y gozó con los dibujos, las viñetas, los descoloridos o los super ilustraciones y que con sus biografías de cada personaje nos hacen volar a mil y cómo no recordar el Capitán América, el Increíble Hulk, Thor, X Men o Dr Marvel, uno de mis favoritos, el gran hechicero, y así se nos fue a los 95 años el gran Stan siempre mágico, siempre favorito, siempre de vanguardia. Cómo no recordar al Hombre Araña, ese arácnido intrépido, fotoperiodista y su lucha contra los malos y su amor a MaryJane. Lee es un superhéroe ahora. Bienvenido al Olimpo. A tu mundo más ALLÁ del Ultraverso, al lado de la orilla de las expectativas, al lado izquierdo del corazón irreal y la ilusión de seres utópicos, de momentos épicos y ficticios que nos hicieron la vida en tiempos difíciles. Hasta siempre. Excelsior.