En palabras del curador Miguel Ángel Vallejo, las piezas “reflexionan sobre traumas nacionales como la Conquista, así como problemas sociales contemporáneos y buscan unir esos fragmentos para curar”.
La muestra se divide en tres partes. En la primera, Kuska — que en quechua significa juntos o unidos— consta de cubos de mediano formato con símbolos del caos, la guerra, el hambre y el consumismo, en lucha con otros relacionados al amor y la paz. Afirma Teodoro Ramírez que “el público tiene el control de estos objetos y al acomodarlos mueve y siente los elementos que los conforman, con todos sus significados: la parte superior tiene un relieve hecho con trozos de vajillas rotas y unidas con la pasta utilizada tradicionalmente en los retablos”. La segunda parte, Llucllos, presenta fragmentos de vajilla reunidos con la forma de venados, criaturas sagradas en el mundo moche, formadas por seres humanos en acciones de dar y quitar vida a su entorno. “Proyecciones audiovisuales apoyan esta confusión entre llucllo y humano, donde se enfatiza en la idea de poder dañar y sanar”, asegura Clara Best. Finalmente, la tercera parte, Tinku, es un registro audiovisual del proceso creativo de las obras de Ramírez y Best, bajo la palabra quechua que significa unión para pelear o jugar, que define la propuesta de intercambio y cooperación de ambos artistas.
La exposición Cicatrices: Fragmentos de la resiliencia estará abierta al público desde el viernes 18 de mayo hasta el sábado 23 de junio de 2018 en la sala Vinatea Reinoso del Centro Cultural de San Marcos, y podrá visitarse de lunes a sábado en horario de 10:00 a.m. a 1:00 p.m. y de 2:00 a 5:00 p.m.
Visitas a las exposiciones del MASM:
Lunes a sábado de 10:00 a.m. a 1:00 p.m. y de 2:00 a 5:00 p.m.
Entrada general: S/ 8.00
Universitarios: S/ 4.00
Adultos mayores, escolares y niños: S/ 2.00
Sanmarquinos: Ingreso libre.